CHASE CAREY
PRESIDENTE Y DIRECTOR GENERAL DE LA FÓRMULA 1

GRAN PREMIO DE SINGAPUR, 2016

La Fórmula Uno es la cúspide del deporte del motor y seguirá siéndolo. Es única por la unión de la competición deportiva con la ingeniería y la tecnología. El éxito en nuestro deporte requiere la sofisticación de analizar enormes cantidades de datos en segundos, la habilidad técnica para reconstruir un coche dañado en horas y el trabajo en equipo para cambiar cuatro neumáticos en dos segundos.
El éxito en las carreras debe ser siempre del piloto, pero ningún piloto gana sin un gran equipo a su alrededor. La complejidad del deporte del motor lo hace especialmente atractivo para muchos de nuestros aficionados, lo que constituye otro punto fuerte a destacar.
Desde que me incorporé a la Fórmula 1, me han preguntado muchas veces cómo se verá afectado nuestro futuro por los cambios en la tecnología y en la sociedad. El mundo está cambiando, pero creemos que el automovilismo y los conductores tienen un gran futuro. La clave para lograr ese futuro radica en construir sobre lo que ha hecho grande al deporte del motor, valorar nuestro pasado, sin tener miedo de cambiar o de aprovechar las nuevas oportunidades.
En Fórmula 1 creemos que la unión de la gran competición y la increíble tecnología, nuestra rica historia, el espectáculo de clase mundial, y el compromiso de los aficionados de todo el mundo en nuevas y emocionantes formas proporcionará un futuro muy prometedor.
Por supuesto, para muchos aficionados, lo que realmente distingue al deporte del motor es la sorpresa y el temor. La potencia, la velocidad y el sonido no tienen parangón. La primera carrera a la que asistí fue el GP de Singapur de 2016 y fue asombrosa. Nunca olvidas tu primera carrera en vivo. Yo nunca la olvidaré.